Marisco

Algunos de los mariscos más recomendados para preparar en casa incluyen camarones, mejillones, almejas, calamares y vieiras. Estos mariscos son versátiles, fáciles de cocinar y se adaptan bien a una variedad de recetas.

Para identificar mariscos frescos, busca que tengan un olor suave y agradable a mar, sin olores fuertes o amoniacales. Los camarones y otros mariscos deben tener una carne firme y un color brillante. En el caso de los moluscos, asegúrate de que las conchas estén bien cerradas.

Los mariscos frescos deben almacenarse en el refrigerador a una temperatura de 0 a 4 grados Celsius. Colócalos en un recipiente hermético o en un plato cubierto con un paño húmedo. Si no los vas a consumir en breve, es mejor congelarlos. Los mariscos congelados deben mantenerse a -18 grados Celsius o menos.

Los mariscos habitan en diversos entornos marinos y de agua dulce. Los crustáceos suelen encontrarse en fondos arenosos y rocosos, mientras que los moluscos habitan en áreas intermareales, lechos de ríos y fondos oceánicos. Cada especie tiene adaptaciones específicas para su hábitat, como la capacidad de cavar en la arena o adherirse a superficies duras.

Los mariscos tienen diversos métodos de reproducción y ciclos de vida. Los crustáceos, como los camarones, liberan sus huevos en el agua, donde se desarrollan en larvas antes de convertirse en adultos. Los moluscos, como los mejillones y almejas, también liberan huevos y esperma en el agua, donde ocurre la fertilización externa. Luego, las larvas pasan por varias etapas de desarrollo antes de asentarse y crecer como adultos. En general, los ciclos de vida de los mariscos incluyen etapas larvales, juveniles y adultas.